Hoy es uno de esos días en que hace más frío adentro que afuera de la casa. Siento a los vidrios, a las ventanas, a todos, cansados, cansadísimos. Las paredes están bien hartas del techo, del frío. El anonimato eterno y religioso del piso no es más que mito ahora... y yo, yo tengo la boca seca y un nudo en los ojos que no me deja ni llorar.
Hoy es uno de esos días en que todo está lejos, bien lejos... Uno de esos días, también, en que extrañar deja el verbo por la carne.