Traigo tu sabor debajo de la lengua,
eso a lo que sabes, eso a que te se.
Y soy el único testigo, el único que sabe:
El que se duele del costado en cada paso,
el que lleva tus olores en busca de tu rastro.
Y en cada beso tu sabor a lejos,
untándonos tu ausencia,
cada vez más ciegos,
Aquí estábamos y ya no más.
Ahora estás en una hoja en blanco,
enterrada en un quizá.
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